La tendencia de casarse en otoño es una opción cada vez más demandada y extendida ya que, en realidad, son muchas las ventajas de todo tipo las que reporta.
En La Bodega del Brillante llevamos años siendo grandes expertos en organizar enlaces en esta época del año y por tanto, sabemos de las ventajas y, como no, algunos de los inconvenientes que ello conlleva.
Es por ello que en este artículo queremos dejar patente todas las bondades de esta opción otoñal basándonos sobre todo en nuestra propia experiencia organizando eventos durante esos meses del año.
Nunca casarse en otoño fue tan fácil y ventajoso.
Efectivamente, la idea de casarse en otoño llevaba anexa una idea de mala época, tiempo inestable… tal vez una estación del año que invitaba poco a disfrutar del evento.
Sin embargo la experiencia nos lleva a afirmar que para nada es un error elegir ese momento para celebrar un enlace matrimonial, pues hoy en día se han desarrollado muchas opciones que salvaguarden los posibles inconvenientes pero que a la vez potencien todo lo bueno que encierra.
Lo primero que tenemos que destacar es la mayor disponibilidad de los lugares de celebración tanto de la ceremonia como del posterior almuerzo, cena…
Es una época en la que ya se han celebrado multitud de bodas que han preferido el verano para ello, y tanto juzgados, Iglesias y lugares de celebración pueden tener una oferta de días disponibles mayor, que daría opciones de elección más amplias para los novios.
En segundo lugar, la temperatura atmosférica es más agradable, pues no hablamos del calor extremo del verano pero tampoco nos adentramos en el frío del invierno. Cierto que los días son más cortos o que la posibilidad de lluvias es mayor, pero nada que no podamos solucionar en La bodega del Brillante gracias a nuestros salones y zonas de interior para dar cobertura a esas inclemencias de última hora.
Otro factor importante es la agenda de familiares e invitados. Cuando celebramos una boda en pleno verano buscando el calor, el buen tiempo casi asegurado y las muchas horas de luz natural, también corremos el riesgo de que nuestro enlace coincida con las vacaciones programadas ya desde hace tiempo de gran parte de nuestros invitados, teniendo que renunciar a ellas para acompañarnos o por contra dejando de asistir.
En Otoño nuestros invitados están ya plenamente reincorporados a la actividad habitual y es muy probable que puedan estar con nosotros ese día.
Por último, casarse en otoño también supone un ahorro económico pues al tratarse de una temporada menos solicitada podemos obtener precios más asequibles en muchos aspectos.
Deje que desde La Bodega del Brillante seamos los encargados de conseguir que casarse en otoño sea un gran acierto para recordar gratamente toda la vida.